En este artículo se recoge de forma resumida cuáles son las situaciones más frecuentes y probables que generan las desapariciones protagonizadas por menores.
En muchas ocasiones se dan de manera fortuita, como un despiste de los mayores, de quienes están al cargo de ellos. En este caso es una responsabilidad de los adultos.
También se producen porque los menores se despistan jugando y se desorientan, o simplemente salen de aventura, a investigar, y no saben volver al punto de origen.
En otras ocasiones es la persona menor la que quiere «desaparecer» de forma consciente por un disgusto, una discusión, una bronca o similar. En este caso el menor puede evitar activamente los esfuerzos que se realicen para su localización. Por ello es recomendable mostrarse siempre amable incluso cuando se les llame a voces.
O en otros casos lo que puede suceder es que no son capaces de comunicar algo malo que les está sucediendo, como que están sufriendo acoso de algún tipo u otras situaciones traumáticas para ellos: en estas situaciones necesitan llamar la atención de alguna forma para intentar avisar sobre lo que les está sucediendo. Pero como no son capaces de verbalizar lo que están padeciendo, o no tienen confianza para contarlo, buscan un refugio donde se sientan a salvo. Para estas situaciones es bueno conocer qué lugares son especiales para el menor.
En todo caso, es bueno conocer las intenciones del o la menor y sus gustos, la zona por la que se mueven, amistades, hábitos y ese tipo de circunstancias.
El teléfono contra el acoso escolar es el: 900 018 018, puede llamar quien lo sufre o cualquier otra persona que tenga sospecha de esta situación.
Otra posibilidad a considerar, por desgracia, es que el o la menor esté viviendo esta situación generada por otra persona; como rapto, secuestro u otras acciones criminales y/o delictivas. Esta posible situación hay que tenerla siempre en mente, ya que, según las estadísticas, en 2 de cada 3 desapariciones de menores está involucrada una persona familiar o de su entorno, conocida del menor. Una estadística espeluznante que por desgracia debemos tener siempre presente.
En estos casos, la actuación policial en estas situaciones es siempre necesaria y fundamental. No hay que dudar en llamar al 1-1-2 si se tiene sospecha de que se esté dando esta posible situación.