Cuando se produce la pérdida o desaparición de una persona es siempre una situación dolorosa y estresante para todas las personas que la viven, pero si quien protagoniza la desaparición es alguien menor de edad, los sentimientos se acrecientan muchísimo. Por ello, todo lo que podamos hacer para prevenir que alguien se pierda o desaparezca, es la mejor inversión que podemos realizar para evitar disgustos.