Leo que en Burgos, una ciudad del norte de Castilla (España), están poniendo “pasos de peatones inteligentes”. No son pasos para peatones inteligentes, los que supuestamente son inteligentes son los pasos.
En una primera lectura interpreté que iban a duplicar los pasos de peatones en algunas calles y que iban a poner nuevos pasos para peatones inteligentes y me pareció muy complicado discernir a qué peatones habría que dejarles pasar por los nuevos pasos.
También me preguntaba qué distintos comportamientos deberían observar los conductores al aproximarse a un paso en los que hubiese peatones inteligentes respecto de los pasos en que los peatones no fuesen inteligentes. Pero al leer la noticia me percaté que los inteligentes del titular de la noticia no eran los peatones sino los pasos. Pero eso no me tranquilizo pues no sabía a qué nuevo reto nos deberíamos enfrentar los transeúntes al acercarnos a un “paso inteligente de peatones”. ¿Cuánto de inteligentes serán esos pasos? ¿Conocerán tu historial de pasar en rojo? ¿Tendrás que decirle al paso a dónde vas? ¿Te pondrá la multa en el acto? ¿Te obligará a pasar con más rapidez? ¿Te puede quitar puntos? ¿Te dará consejos de seguridad vial mientras esperas en el borde de la acera?
¿Qué es un paso inteligente?
Obtenida la información he sabido que “el paso inteligente” se limita a una baliza de color naranja colocada en la acera que detecta que están pasando peatones y advierte a los conductores con una luz intermitente. Cuestan unos 4.500€ y piensan instalar 59. De momento los primeros le van a costra a los ciudadanos 1,8 millones de euros y supongo que habrá que añadir un contrato de mantenimiento y control a una empresa concesionaria.
En fin, yo creo aconsejable y me parece más práctico que los inteligentes y prudentes sean los peatones y los conductores sin que tengan inteligencia artificial, sino esa inteligencia natural que hace ir por la vida con seguridad y con respeto a los demás cuando te acercas a un paso de peatones, ya sea como conductor o como peatón. Las campañas de seguridad vial son muy útiles.
Estoy convencido que con que los conductores de cualquier vehículo o bicicleta se acercasen a los pasos de cebra sin prisa, a menos de 30 km/h, y mirasen si hay algún peatón que va a cruzar y les cediesen amablemente el paso, ya casi habríamos acabado con el problema de los accidentes en los pasos de peatones.
Suponemos que el departamento de circulación y de tráfico y la policía municipal tienen identificados los puntos negros de la ciudad en los últimos años y llevan un registro exhaustivo de cada atropello o percance relacionado con esos pasos de cebra que ahora quieren convertir en inteligentes y que dentro de un año nos podrán informar de cuántos accidentes se han evitado y nos demuestren que este nuevo invento es bueno para la seguridad vial y no solo un gasto más con los impuestos de los ciudadanos.
Los inteligentes y prudentes deberían ser los peatones y los conductores, con esa inteligencia natural que hace ir por la vida con seguridad y con respeto a los demás al acercarse a un paso de peatones
Estos de Burgos no son los únicos, en otras ciudades se están colocando otros pasos diferentes con distintos niveles de inteligencia. Ya veremos el resultado de esta nueva inteligencia, si sobrevive a la vida urbana y si se propaga como una nueva plaga invasora o por el contrario desaparece por falta de eficacia y de adaptación a la ciudad.
Inconveniente
Como en todas las innovaciones no todo son ventajas. Un inconveniente de este “artilugio inteligente” es que se trata de un mobiliario urbano más que se viene a añadir a los cientos o miles de obstáculos que hay en la ciudad con los que pueden tropezarse y caerse los ciudadanos. No hay que olvidar que la caída es el principal accidente que sufren las personas en las poblaciones.
En el municipio donde vivo la inversión para mejorar la seguridad vial fue a un solo cruce en el que pusieron balizas luminosas en el suelo con el color de los semáforos. El objetivo, que los que van con la cabeza gacha, mirando al móvil, se percaten del estado del semáforo.
Lo mejor, lo que nos reímos los vecinos con memes de avionetas aterrizando en esa calle.
La educación vial en las escuelas y las campañas de seguridad vial son mucho más baratas y más efectivas (al menos, no funcionan para un solo cruce).
Santiago, estoy de acuerdo contigo en la eficacia de las campañas y especialmente en las acciones de formaciñon dirigidas hacia los escolares y a los colectivos más vulnerables.