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Credibilidad de las fuentes de información en las emergencias [23/07/2024]

Me invitaron a participar en la Jornada “Conflictos y catástrofes: informar en medio del caos” organizada por la Asociación Vasca de Periodistas de Euskadi y me tocó hablar sobre la información en las emergencias; esto les conté.

En la presentación del encuentro se afirmaba por parte de los organizadores que “A menudo quienes están al mando restringen el flujo de información en situaciones de alarma por supuestas razones de seguridad o de eficacia operativa”. Los profesionales de la información habían llegado a esta conclusión y comparto su sensación.

Las fuentes más creíbles

El experto en comunicación de emergencias Luis Serrano, en su artículo “La gestión de comunicación en emergencias” nos hacía partícipes de que una encuesta entre periodistas franceses, en 1992, concluía lo siguiente: “en las situaciones de emergencias, los profesionales de la comunicación consideraban como fuentes más creíbles de la información, por este orden, a los técnicos responsables de coordinar la emergencia y, tras ellos, a los portavoces de estos técnicos”.

Según esto, lo razonable que deberían tener en cuenta los gestores públicos de trasladar la información a los medios es que siempre debería informar el más creíble. Y sin embargo, comprobamos diariamente que esto no es así.

Sabemos de sobra que los políticos no gozan de esa credibilidad, pero se empeñan en ser los portavoces que transmiten las informaciones directamente a los medios. Saben que no deben ser ellos quienes nos den la información y por eso, con su empecinamiento y la complicidad de los medios, cada vez se les cree menos y contribuyen a convertir a los medios de comunicación españoles en los menos creíbles de Europa.

La realidad es que los gabinetes de comunicación de los gobiernos (de cualquier nivel) e instituciones (de cualquier ámbito) suelen ser quienes monopolizan la comparecencia ante los medios y hurtan la información rápida y veraz. Esto es debido a que los gabinetes de comunicación y sus directores priman que cualquier información favorezca al titular de la institución (presidente, ministro, consejero, alcalde o director general) y por ello la información ha de pasar por varios filtros y es su representado quien se ha de llevar el “premio” o beneficio de la comparecencia ante la audiencia de la prensa, de la radio o la TV. Para estos gabinetes lo que cuenta no es la calidad de la información sino la obtención de notoriedad y popularidad para sus jefes.

Las mejores fuentes

Dicho esto, les dije a los periodistas presentes en la sala, cuáles deberían considerar que son las mejores fuentes para lograr una buena información:

  • Las mejores fuentes: el servicio interviniente. Las que han estado en el lugar.
  • Las peores fuentes: las que no han estado en el lugar. Por ejemplo, el 1-1-2 nunca ha estado en el lugar y la información que suministran es oficial, pero escasa, escueta, endogámica y propagandística.
  • Las segundas peores fuentes son las agencias de prensa que tampoco han estado en el lugar.
  • Las de menor credibilidad son las fuentes de los gabinetes de comunicación que facilitan noticias cocinadas para salir en defensa de las autoridades y de la institución y sus funcionarios, aunque sus fallos sean públicos y flagrantes.
  • Por supuesto, podemos encontrarnos con algunas excepciones, pero no abundan. Desde luego en el Estado español no nos vamos a encontrar con las realidades de otros países de democracias consolidadas como estos dos ejemplos que voy a poner:
    • En el incendio de la estación de King’s Cross del metro de Londres (31 muertos) todo el mundo pudo ver al jefe de bomberos explicando lo ocurrido (ni al alcalde de Londres ni a Margaret Tatcher).
    • En los atentados de las Torres gemelas era el jefe de Policía de la ciudad el que comparecía en rueda de prensa para informar a los neoyorquinos y al mundo del 11M.

Por eso defiendo fervientemente que los servicios públicos de emergencia, policía, servicios de bomberos, protección civil, emergencia sanitaria, etc., deben tener sus propios portavoces entrenados para informar in situ y de primera mano a los medios de comunicación.

Javier Larrea
Author: Javier Larrea

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5 comentarios en «Credibilidad de las fuentes de información en las emergencias [23/07/2024]»

  1. Hola Javier. Estoy de acuerdo en muchas de las cosas que dices y en varias no, pero especialmente contesto al párrafo «Las peores fuentes: las que no han estado en el lugar. Por ejemplo, el 1-1-2 nunca ha estado en el lugar y la información que suministran es oficial, pero escasa, escueta, endogámica y propagandística». Me parece no sólo inexacto sino además injusto hacia las personas que, o bien dependiendo directamente de los centros de coordinación o bien como servicio paralelo dentro del mismo sistema de atención a emergencias, realizan in situ labores de coordinación y gestión de los sucesos. En este caso concreto quiero reivindicar el papel del «Servicio de Intervención Coordinadora de Emergencias» de la Dirección de Atención de Emergencias del Gobierno Vasco como información Rápida, Veraz, Completa, Sin buscar el Impacto Mediático y que llegue al Máximo de la Ciudadanía.
    Puedo demostrar con centenares de fotografías, videos, recortes de prensa, etc. que «van» y que «informan», pero no me extiendo ya que entiendo que les corresponde a ellas y ellos explicar mejor la inexactitud del párrafo al que me he referido. Un saludo

  2. y que completo con otro párrafo que se las trae «Por supuesto, podemos encontrarnos con algunas excepciones, pero no abundan. Desde luego en el Estado español no nos vamos a encontrar con las realidades de otros países de democracias consolidadas como estos dos ejemplos que voy a poner».
    Sí nos vamos a encontrar con varios ejemplos y no pongo las que no conozco pero tanto en Catalunya, donde trabajé en Bombers de la Generalitat, como en el caso que he comentado en el comentario anterior, no se tiene nada que envidiar a los ejemplos que pones.
    Mi conclusión es fácil, si en dos Direcciones en las que he estado sí se está sobradamente a la altura de los países más avanzados en comunicación, entre los cuales no está EEUU, seguro que en España hay más lugares en los que se da buena información

    1. Pedro, no tengo nada que objetar a tus comentarios, pues no observo contradicción en lo que dices con lo que he escrito. Pero añado alguna aclaración.
      Este artículo está publicado en mi blog y por lo tanto responde a mi opinión personal que como la tuya la he ido construyendo con aprendizajes y experiencias personales. Es imposible exponer una idea sobre algo sin generalizar pues no se puede comentar cada caso en particular.
      En este análisis sintético he partido de la sensación de los propios periodistas que sienten que la información que se les da desde instancias oficiales es escasa e incompleta. Es lo que ellos dicen y por algo será.
      Respecto a los centros 1-1-2 en absoluto he puesto en cuestión su capacidad y buen hacer en sus tareas de coordinación y gestión de los sucesos y emergencias en los que participen; mi opinión se refiere estrictamente a la información que suministran a los medios y a los ciudadanos a través de sus canales en las redes sociales.
      Leo todos los días decenas de noticias de agencias y medios que reproducen la información que les trasladan desde los centros 1-1-2, me estoy refiriendo a accidentes de tráfico, ahogamientos, incendios, accidentes en el transporte, accidentes de montaña, atragantamientos, rescates, accidentes ferroviarios (nada sobre suicidios y nada sobre muertes accidentales a pesar de ser la primera causa de muerte accidental), homicidios, violencia de género, y multitud de siniestros, muchos de ellos mortales. La información deja mucho que desear y es muy mejorable y en esto creo que todos deberíamos estar de acuerdo. Por lo general, lo que cuentan desde los 1-1-2 es la hora, el lugar (no suelen decir la dirección que es algo público que cualquier ciudadano puede conocer), los servicios públicos que han intervenido y a veces incluso la cantidad de unidades que han actuado, pero nada sobre el suceso en cuestión y muy poco sobre la víctima (la gran ignorada) y añaden la obviedad de que se está investigando lo ocurrido. Estoy seguro que en la mayoría de los casos no pueden contar más porque no lo saben, sencillamente porque no han estado en el lugar ni les corresponde. Y por eso afirmo que la mejor fuente es la que ha estado in situ y que las que no han estado son peores y lo digo desde el interés periodístico de conocer la máxima información posible.
      Por ejemplo, en el caso de un accidente laboral no le preguntes al 1-1-2, preguntemos a un sindicato.
      En todo caso en absoluto me he referido al “Servicio de Intervención Coordinadora de Emergencias” de Euskadi ni a otros que se puedan dar por aludidos que pueden encajar en las excepciones a las que me refería. Me he referido a los cientos de servicios públicos del Estado relacionados con la intervención en emergencias que superan ampliamente el millar: bomberos, bomberos forestales, bomberos de aeropuerto, policías locales, servicios forestales, servicios de protección civil, policía portuaria, agentes rurales, servicios de emergencia extrahospitalaria, y muchos más, etc.) y que no tienen resuelto ofrecer información adecuada a los medios.

      Por supuesto, hay quien puede opinar de otra manera.

  3. Entendido el argumento y comparto plenamente que «quien está» tiene la mejor información del trabajo que ha realizado. No obstante y como bien dices es tú opinión y así lo reflejas, y como bien dices mi opinión es mía y por ello, además de la obligada simplificación que hay que hacer al referirse a temas globales, sigo discrepando de los epítetos que indicas de los centros de coordinación 112 (información escasa, escueta, endogámica y propagandística). El tema de la información es muy interesante y complejo, y más aún en la circunstancias políticas actuales en las que más importante que la verdad y el dato se impone el interesado relato en el cual intervienen activamente los medios de comunicación

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