Además de los aspectos demográficos y geográficos que determinan la respuesta de los servicios públicos para atender las emergencias, en las zonas rurales hay otros aspectos administrativos y sociales que tienen repercusión en los incendios en estas áreas.
En el artículo Riesgo de incendio en zonas rurales exponía algunos factores por los cuales en las poblaciones de menos de 1.000 habitantes existe un riesgo 4 veces mayor de morir en un incendio que en las grandes ciudades. En este artículo recojo algunos factores administrativos y sociales que pueden tener influencia en ese resultado.
Aspectos Administrativos
- La ley de Bases de Régimen Local obliga a los ayuntamientos de más de 20.000 habitantes a tener servicio de bomberos. Esta Ley de 1985 supuso en la práctica no reconocer el derecho al servicio de extinción de incendios a los ciudadanos que vivían en municipios menores de 20.000 habitantes (en 1990 eran 14 millones de habitantes). Afortunadamente este abandono se ha corregido en casi toda la geografía española al haberse creado muchos servicios provinciales de bomberos.
- La legislación nacional de seguridad contra incendios en la edificación –el Código Técnico de la Edificación (CTE)- es la misma para todo el territorio y debería aplicarse por igual en todos los ayuntamientos, pero una adecuada observancia de esta norma exige de técnicos cualificados (Aparejador municipal, Dpto. de licencias, etc.) que los ayuntamientos pequeños no tienen por lo que las condiciones de seguridad contra incendios de los edificios en los pueblos no alcanza el nivel que existe en los grandes municipios y esto supone evidentemente un mayor riesgo de incendio. Esta deficiencia debería ser atendida por los departamentos de prevención de los servicios de bomberos provinciales de la misma manera que prestan el abastecimiento de agua. No se suele hacer, pero si se quiere se puede hacer.
Aspectos Sociológicos
Hay algunas diferencias sociales que podemos distinguir en las zonas rurales:
- De los 8.131 municipios hay 5.859 rurales (menos de 2.000 hab.) en los que el porcentaje de personas mayores de 64 años es el 28,5% mientras que en el ámbito urbano este porcentaje es el 19,5% (1). Y sabemos que la tasa de muertos por millón de habitantes es mucho más alta entre las personas mayores, por lo que esta tasa será mayor aún en los pueblos.
- El riesgo de caer en situación de pobreza es mayor entre la población rural, y llega a afectar al 34% de su población, casi 10 puntos por encima de la tasa de pobreza en las grandes urbes y 5 puntos más que en las ciudades de tamaño intermedio.
- La tasa de discapacidad a partir de los 64 años es ligeramente superior en el ámbito rural que en el urbano lo que incrementa el riesgo al disminuirse las posibilidades de apercibirse de un incendio y de escapar del mismo.
- La tasa de permanencia de la población no llegaba al 50% en algunas épocas por lo que se ha venido produciendo un éxodo y abandono de los edificios que han quedado en estado precario, sin mantenimiento, por lo que se incrementa el riesgo de incendio.
- La antigüedad de muchas viviendas ha exigido de nuevas instalaciones, como la electricidad, realizadas en muchos casos de forma artesanal o casero, sin la participación de electricistas profesionales, lo que incrementa el riesgo de incendio.
- La autoconstrucción ha sido un fenómeno muy extendido en las áreas rurales que ha dado como resultado viviendas con mayor riesgo de incendio.
- El uso de la madera como material de construcción en las viviendas junto con una instalación eléctrica chapucera también aumenta el riesgo de incendio. Por supuesto la madera también es un factor de riesgo en la propagación del incendio.
- La utilización del carbón y la leña en sistemas tradicionales de calefacción como el “fuego bajo”, gloria, braseros, estufas, trébedes, etc., también incrementa el riesgo de incendio.
- En las áreas rurales se produce un gasto medio por hogar un 10% menor respecto de la media nacional. Esto repercute en que también el gasto en el medio rural en equipamiento del hogar y en conservación de la vivienda sea un 10% inferior sobre la media nacional (Fuente: INE. Gasto según tamaño del municipio de residencia en municipios de menos de 10.000 habitantes en 2023).
Salvamento de personas en incendios por el servicio de bomberos
Aunque no tenemos datos de las personas que son salvadas de morir en los incendios por los servicios de emergencia, pues los servicios de bomberos no suelen registrar estos datos en sus partes; y tampoco lo hacen otros servicios públicos como podrían hacer los centros de coordinación de emergencias 1-1-2; podemos afirmar que, aunque no ocurra con mucha frecuencia, siempre hay algún caso en que esto sucede cada año en distintos puntos de la geografía nacional. La posibilidad de salvar a alguien de un incendio depende del tiempo de llegada al lugar desde que se ha producido y se avisa del incendio. Así que la no existencia de un servicio de bomberos cercano ha de considerarse un factor de riesgo adicional. Si los rescatadores no llegan pronto no habrá personas rescatadas. Como los servicios de bomberos profesionales están situados en las zonas más pobladas y en los pueblos hay muy pocos bomberos voluntarios, en las zonas rurales hay menos posibilidades de salvar personas en los incendios.
Conclusiones
Ninguno de estos aspectos que he expuesto puede explicar por sí solo, como en realidad ocurre, de que el riesgo de morir en un incendio sea cuatro veces mayor en un pueblo pequeño. Creo que ha de ser debido a la confluencia de algunos o varios de los factores enunciados, de forma simultánea.
Sin duda un factor común que solemos encontrarnos en muchas de las víctimas de incendio es el bajo nivel de renta y el desconocimiento de las precauciones que hay que adoptar para evitar los incendios, lo que desemboca en muchas acciones imprudentes como puede ser el uso de braseros de carbón y leña.
Prevención de incendios
Desde los servicios públicos de emergencias poco se puede hacer para elevar el nivel de renta en las zonas rurales, pero sí se puede contribuir mucho para divulgar los riesgos de incendio en las viviendas y enseñar qué hacer en caso de incendio. Estoy convencido de que los servicios de bomberos profesionales y voluntarios, las agrupaciones de protección civil, los servicios de extinción de incendios forestales desplegados por entornos rurales, así como los servicios de asistencia domiciliaria pueden hacer una gran labor de prevención.
Para evitar los fallecimientos por incendio las medidas de prevención han dirigirse principalmente sobre tres puntos:
- Evitar que se produzcan los incendios, para lo que debemos actuar mediante la divulgación de los riesgos del hogar.
- Detectar el incendio cuanto antes (instalar detectores de incendios).
- Enseñar a evitar que el incendio se propague (cerrar las puertas).
- Enseñar a ponerse a salvo del incendio.
Para ello contamos con algo a favor, la tasa de permanencia de la población en el entorno rural en la actualidad ha mejorado últimamente lo que favorece que los conocimientos en materia de prevención de incendios que se impartan tanto a los escolares como a los adultos obtendrán una mayor repercusión en su entorno.
¡Hay un gran reto por delante!
(1) CSIC (2024). Un perfil de las personas mayores en España 2024.