Este artículo nos descubre por qué han de darse pasos para la digitalización de la seguridad no solo de las empresas sino en todas las organizaciones relacionadas con la gestión de emergencias.
Autor: Rubén Bélmez Orellana. Data Scientist. RKL Integral
Publicación: Web OPRA www.opra.info • 3 de marzo de 2025
Incluso hoy día, en pleno siglo XXI, en el auge de las redes sociales, la inteligencia artificial, la computación en nube y el 5G (incluso abriendo las puertas a mundos más exóticos como la computación cuántica), el sector de la seguridad por lo general sigue funcionando bajo las reglas del mundo analógico.
Si bien es cierto que poco a poco la digitalización va entrando en la seguridad (por poner un ejemplo, a través de IoT -Internet of Things- que facilita la identificación de incidentes), parece comprensible que aquello que tiene que garantizar nuestra seguridad evolucione con pies de plomo.
Pero debemos tener en cuenta que hoy en día el mundo es digital y, por tanto, la seguridad necesita dar un paso hacia la digitalización para poder mejorar su capacidad protectora.
El eslabón más lento
Entrando un poco más en materia, el eslabón más “analógico”, también podríamos llamarlo lento, de la cadena es el ser humano ya que es la componente que tiene que identificar en última instancia un incidente, transmitir la información, poner en marcha y ejecutar las contramedidas y asegurarse de la vuelta a la normalidad.
Bajo esta perspectiva, parece intuitivo sugerir que el comienzo de la automatización del sector seguridad deba centrarse en mejorar la capacidad de actuación del ser humano en la cadena, ya sea quitándole responsabilidades críticas y/o repetitivas que puedan automatizarse o facilitándole realizar ciertas acciones como comunicar información. De esta forma, podrían no solo acelerarse las acciones sino mejorar la respuesta ya que se actuaría de forma más rápida y eficiente.
Un ejemplo práctico
Pongamos un pequeño ejemplo práctico de lo expuesto hasta ahora, supongamos una planta industrial en la que, por un fallo eléctrico, se corta el suministro de energía. La dependencia del factor humano para identificar la incidencia, “buscar” el procedimiento de respuesta y comenzar a transmitir las tareas e información al personal involucrado hace que se invierta mucho tiempo, tiempo que puede ser crítico en la producción de dicha planta ya que podría repercutir en los beneficios de la compañía. En este escenario, poder llegar a automatizar o simplificar acciones del personal podría ayudar a ganar minutos importantes, pero… ¿cómo podría lograrse esto?
Por ejemplo, digitalizando el plan de respuesta y notificando información masivamente de forma sencilla. Si la persona responsable tuviera accesible de forma digital y más ágil el plan de respuesta podría ahorrarse el tiempo de buscarlo (o recordarlo) y, a su vez, poder enviar de forma sencilla información a cualquiera, se podría ganar el tiempo necesario en hacer múltiples llamadas telefónicas.
Estos minutos de diferencia entre una actuación más y menos digital podrían tener consecuencias muy diferentes para la compañía, como la pérdida material, de reputación o incluso de personal en el peor de los casos.
Solución inevitable
Cerrando la brecha entre lo analógico y lo digital en seguridad, la evolución es inevitable. En un mundo que demanda agilidad y eficiencia, la digitalización no es solo una opción, sino la clave para fortalecer la protección, reducir tiempos de respuesta y salvaguardar la continuidad de manera significativa.
Totalmente de acuerdo con la esencia del artículo, pero, ¿se ha planteado el autor por qué el sector de la seguridad por lo general sigue funcionando bajo las reglas del mundo analógico?
Estoy convencido de que a la mayoría de los integrantes de dicho sector y, muy especialmente, a quienes asumimos responsabilidad sobre la gestión de los servicios que lo integran, nos gustaría dar ese salto. ¿Por qué no sucede o no sucede en todos los servicios en la medida en la que nos gustaría? Ahí es donde hay que dedicar tiempo para identificar debilidades y amenazas.
Creo que todos encontraríamos unos cuantos elementos en común, como puede ser la falta de recursos económicos, la rigidez administrativa en la que nos vemos obligados a trabajar o la dispersión de proyectos, repartidos entre servicios y administraciones, incapaces de aunar esfuerzos para conseguir recursos digitales que sean adecuados, útiles y eficaces para una gran mayoría, sin que cada cual diseñe, desarrolle, compre y mantenga su solución particular.
Un saludo.
Un placer saludarle Antonio.
Desde la realidad profesional de mi trabajo, trabajando con administraciones públicas, estoy de acuerdo con usted respecto a que realmente observamos una voluntad de mejora por parte de los responsables de las distintas áreas de seguridad, pero lamentablemente, como usted menciona, la «ineficiencia» de las administraciones en la gestión de recursos y proyectos no facilita el progreso.
En relación a su primera pregunta, mi humilde opinión es que junto con lo mencionado hasta ahora, las administraciones públicas habitualmente siguen un modus operandi de «mientras funcione no se toca», casi renunciando a las posibilidades de la innovación y limitando el progreso de los sistemas públicos.
Esperemos que el constante avance tecnológico incite a lo propio a las administraciones y consigamos modernizar el país.
Un cordial saludo.
Estoy de acuerdo con la conclusión, pero pienso que la comparación no debería ser analógico y digital. Seria procedimientos lentos con intervención humana vs procesos automatizados de asistencia a la toma rápida de decisiones.
Un placer saludarle Juan.
Hasta cierto grado veo la comparación inevitable, ya que el mundo actual tiene un gran componente digital, en detrimento del mundo de la seguridad que tiene mucha parte analógica.
Mi pensamiento es que esta brecha tan grande no puede reducirse de la noche a la mañana sin afectar a la confianza que transmite el sector, por lo que necesariamente necesitamos comparar las virtudes del progreso tecnológico frente a cómo funciona la seguridad de forma analógica para encontrar puntos de mejora gradual por ejemplo, como bien indicas, mediante la implementación de procesos automatizados.
Un cordial saludo.
Suena GENIAL!!!
Pero «¿quien le pone el cascabel al gato?»
No olvidemos que detrás de la digitalización lo que hay son personas…
Un placer Keka.
Desde luego, y en el fondo seguirán siendo las personas las encargadas de llevar a cabo las acciones de seguridad correspondientes, pero existen maneras de optimizar el esfuerzo humano y centrarlo en aquellos momentos o acciones que sean imprescindibles, como pueden ser la implantación de sistemas IoT o la automatización de procesos.
Un cordial saludo.