En este artículo se analiza la evolución de las principales causas externas de fallecimiento en el año 2019 según los datos estadísticos publicados por el Instituto Nacional de Estadística -INE-.
Autor: Javier Larrea. Presidente del Observatorio de Prevención de Riesgos y Accidentes
Publicación: Web OPRA www.opra.info • 12 de noviembre de 2021
Anualmente, aunque con más de un año de retraso, el Instituto Nacional de Estadística de España -INE-, publica los datos de los fallecimientos. Llevo varios años elaborando estadísticas relativas a lo que el INE clasifica como defunciones por causas externas de mortalidad(1), lo que solemos llamar coloquialmente como muertes accidentales, que es a lo que se refiere este artículo. Fruto de esta observación son los gráficos que figuran en este artículo en la que se recoge la evolución de las muertes por causas externas.
Tráfico
Comentaré lo que más me ha llamado la atención de los datos del año 2019. En primer lugar, un dato que ya conocíamos, pues lo suelen publicitar en cuanto lo tienen las autoridades: el mantenimiento del número de muertes por accidentes de tráfico. Han sido 1.842 víctimas mortales. En los últimos seis años se ha estabilizado el número de accidentes de tráfico alrededor de esta cifra por debajo de las dos mil víctimas mortales debido a los accidentes de tráfico. De ser la primera causa de muerte accidental con más de 6.000 víctimas anuales en a principios de siglo ha pasado a ser la cuarta causa.
Suicidio
Muy por encima de los accidentes de tráfico está la que ya es desde hace años la primera causa de muerte externa en España: los suicidios que en 2019 asciende a 3.671 muertes (incremento del 9,3% sobre el año anterior) ocupando el primer puesto desde el año 2012 que se alcanzaron las 2.500 muertes anuales por primera vez en la historia y desde entonces no se ha bajado de este número. Creo que la sociedad no es consciente de que una de cuatro personas fallecidas por las causas analizadas en esta estadística se produce por suicidio (el 26,4% del total se suicidan).
Caídas
Otro dato llamativo es que las muertes por caídas accidentales con 3.297 (incremento del 5% sobre el año anterior con 3.143) siguen ascendiendo y alcanzan su récord histórico. Ya en 2012 pasaron a ocupar el segundo puesto en este trágico ranking, desde su habitual cuarto puesto en la última década.
Ahogamientos y atragantamientos
La causa que según la clasificación del INE ocupa el tercer puesto es la de los ahogamientos, que con 3.248 fallecimientos se sitúa inmediatamente detrás de las caídas. Esta causa de muerte está por encima de los tres mil muertos al año desde el año 2017, pero hay que tener en cuenta que en este epígrafe el INE registra las muertes por Ahogamiento, sumersión y sofocación accidentales, es decir que recoge tanto los ahogamientos en el agua como las sofocaciones por atragantamiento lo que suele inducir a confusiones no solo a algunos medios a la hora de publicar noticias sobre esta causa de muerte sino también entre algunos profesionales, ya sean del mundo del socorrismo acuático o de la medicina de urgencias al atribuir las suma de las víctimas de ambos accidentes (ahogamientos y atragantamientos) a uno de ellos. El INE no ha publicado aún los datos segregados, pero basándome en los datos de años anteriores se puede hacer una estimación de que unos 500 muertos corresponden a los ahogamientos y sumersión accidentales (483 en 2018) y el resto, o sea unos 2.750 a otros accidentes que obstruyen la respiración (2.607 en 2018).
En el gráfico mostrado de arriba, encima de estas líneas, se representa la evolución de los accidentes que yo llamo de primera división, es decir los que arrojan más de 1.000 muertos anuales. Y en el gráfico siguiente, debajo de este párrafo, muestro la evolución de las causas de muerte accidental que producen menos de 1.000 fallecimientos al año.
Incendio
En cuanto a los fallecimientos por incendio es de resaltar y apreciar que, aunque las 192 víctimas mortales en 2019 son la segunda cifra más alta de la última década, las muertes por incendio continúan ocupando el último lugar de las causas de muerte accidental –por debajo de las 292 muertes por agresión (homicidios)-. Haciendo un análisis triunfalista de este dato podemos situar a los servicios de bomberos y a la política de prevención de incendios como la más eficiente llevada a cabo entre todos los servicios públicos que se dedican a prevenir muertes evitables. Un análisis objetivo y pragmático de estas muertes y de los recursos dedicados a su prevención podría llevarnos a la inevitable conclusión de que los servicios de bomberos deberían hacerse cargo de la atención a otros riesgos que amenazan a nuestra sociedad, ya que el riesgo de incendio ha pasado a ser el que menos víctimas ocasiona; y después de todo, los servicios de bomberos fueron creados para atender a los principales riesgos que amenazan a una sociedad.
Aunque a principio del siglo XXI se observaba una tendencia a la disminución de los fallecimientos por causas externas, en el último quinquenio se aprecia un repunte en las muertes accidentales, este año se han producido 16.141 creciendo un ligero 2,4% sobre el año anterior. Es triste saber, como sabemos, que aparte del INE que cuenta las muertes accidentales, no hay nadie, en el Estado, ni en las Comunidades autónomas, ni en los Ayuntamientos, ni en ninguna Administración, que sea responsable de analizar estos números, ni de organizar políticas de prevención de accidentes o respuestas de la administración pública para reducir drásticamente estas muertes.
Supongo que alguien, algún día, en algún lugar, por alguna razón, de alguna manera, decidirá preocuparse por este asunto y hacer algo.