El día 20 de noviembre se celebra el día internacional del niño. Con tal motivo desde el observatorio de Prevención de Riesgos y Accidentes analizamos la mortalidad por accidentes entre los menores de 15 años.
Autor: Javier Larrea. Presidente del Observatorio de Prevención de Riesgos y Accidentes
Publicación: Web OPRA www.opra.info • 20 de noviembre de 2023
En 2021 se han producido en España 114 muertes accidentales entre los menores de 15 años: 56 menores de 5 años, 27 de 5 a 9 años y 31 entre 10 y 14 años. Según estos datos el peor tramo es el de los más pequeños. Por sexo, nos encontramos con que hay 103 niños muertos por 72 niñas, por lo que ya entre los pequeños se reproduce la realidad que se proyectará sobre toda la existencia, o sea que los varones tienen mucha más probabilidad de morir por accidente que las mujeres. Incluso entre los más pequeños de 0 a 4 años se da esta misma circunstancia con 60 niños fallecidos y 34 niñas.
Las principales causas de muerte accidental
El primer puesto con 38 víctimas (22 chicos y 16 chicas) lo ocupan los accidentes en todos los medios de transporte, incluido el tráfico de vehículos.
La segunda causa de mortalidad entre los menores es la de los ahogamientos por sumersión con 29 fallecimientos por esta causa, 21 niños y 8 niñas. Llama la atención que incluso entre los menores de 1 año hay 5 niños ahogados por tan solo una niña.
Las caídas son la tercera causa por número de víctimas mortales con un resultado de 15 muertes anuales. En este tipo de accidente la franja de edad más vulnerable es la de los menores de 5 años que suelen caer de ventanas, balcones, terrazas, huecos de escaleras, etc.
Otras causas de muerte accidental con menor frecuencia son los incendios con 9 muertes (6 chicos y 3 chicas), teniendo 5 de ellos menos de 5 años.
Los atragantamientos arrojaron también 9 víctimas mortales, teniendo ocho de ellas cuatro años o menos.
Hubo que lamentar 3 fallecimientos por intoxicaciones accidentales y ninguna muerte por contacto con animales ni por causas de la naturaleza.
Lo que deberíamos aprender es que los accidentes son evitables y que en el caso de los menores no hay mejor prevención que educarlos sobre los riesgos, enseñarles a ser prudentes ante ellos y especialmente a los más pequeños someterles a una estrecha vigilancia.
Más vale prevenir.