La justicia tiene un papel sustantivo en la prevención de accidentes. Los causantes de los accidentes no deben quedar impunes y las imprudencias, cuando ocasionen daños a terceros han de ser perseguidas. Así ha ocurrido en este caso en que la persona causante de un grave accidente a otras personas ha sido perseguida por la policía y encausada por la justicia para que una conducta reprochable e irresponsable no quedara impune.
Ha sido condenada la mujer que provocó una caída masiva del pelotón el 26 de junio de 2021 en el transcurso de una etapa de la última edición del Tour de Francia.
La espectadora, de 31 años, tras provocar el accidente al invadir la calzada para mostrar una pancarta dirigida a sus abuelos se dio a la fuga y se entregó a la policía cuatro días más tarde después de la presión mediática debido a la búsqueda policial.
Provocó una caída en cadena que provocó lesiones graves en algunos ciclistas como fracturas en los brazos y cuatro de ellos tuvieron que abandonar la carrera.
El Tour anunció que denunciaría a la causante del accidente “para que sirviera de escarmiento a los aficionados que buscan mostrarse en las cunetas” aunque finalmente no lo hizo, pero la Gendarmería de Finisterre lanzó un llamamiento para identificar a la mujer huida e inició la búsqueda abriendo una encuesta judicial por “lesiones involuntarias con incapacidad que no excedan de tres meses y por violación manifiestamente deliberada de una obligación de seguridad o de prudencia”.
Tras el juicio celebrado el 14 de octubre ha sido encontrada culpable de “poner en peligro a otros” y “lesiones involuntarias”. La acusada reconoció espontáneamente los hechos, así como la peligrosidad de su comportamiento y ha presentado sus excusas lamentando lo ocurrido, que fue totalmente involuntario. Ha sido condenada a una multa de 1.200 euros más el pago simbólico de un euro a la Unión Nacional de Ciclistas Profesionales y a cuatro meses de prisión que no deberá cumplir.