El tema es polémico y complejo porque la pregunta del encabezado no tiene una respuesta clara, ya que no se trata de elegir entre el blanco y el negro. Estamos en el mundo de los grises, donde la multitud de variables que influyen en las distintas situaciones que pueden darse, pueden hacer decantar las opiniones hacia un lado o hacia el otro.
De primeras mencionaré que el título es erróneo ya que, todos, absolutamente todos, los rescates que se realizan con personal profesional se cobran, otra cosa es “quién los paga”. Dicho de otra forma, la discusión se circunscribe a determinar si los rescates se deben de pagar íntegramente entre todos o si la persona rescatada debe aportar algo, aunque sea testimonial a dicho coste.
Una pregunta básica
Pero hagamos una pregunta básica previa a cualquier consideración: ¿Se debe exigir algo a la persona que realiza alguna actividad de riesgo en el medio natural? Si la respuesta es un “NO”, sin matices, pues ya está, no hay nada más que decir, pero si la respuesta es “depende”, ya entramos en el lío y surgen las preguntas de ¿cuándo? ¿en qué circunstancias?, y no digamos si aparecen además otras palabras como son “imprudencia”, “irresponsabilidad”, “incumplimiento” o “negligencia”, respecto de las cuales sí hay cierto consenso respecto de la necesidad de cierto reproche para quien cae en ellas.
Intentaré disuadir a los del “no sin matices” con un ejemplo real que yo mismo he vivido. Personas sin ninguna preparación ni equipamiento adecuado que suben al monte y una vez arriba, llaman para que vaya el helicóptero a bajarles porque estaban cansadas. ¿Frente a esto qué hacen los servicios de emergencia? Porque parece claro que ni el helicóptero de rescate es un taxi ni se les puede dejar allí arriba hasta que la situación lo haga imprescindible. Y si lo relatado anteriormente ocurre una vez, pues se puede soportar la situación, pero si estas personas se lo cuentan a los amigos y la cosa se pone de moda, tenemos un problema. ¡Apúntese a la bajada gratis en helicóptero!
A este respecto, y aunque el caso es distinto, recuerdo la conversación entre un jefe de sala del 112 de Asturias y unos jóvenes, en camisa y playeros, atrapados en su 4×4 por la nieve en el puerto de montaña Angliru (7 enero de 2018), y en una de las frases dichas por el jefe de sala que, aunque no muy afortunada, se hizo viral: “Ya somos mayorinos para saber lo que hacemos” (1). Días después del incidente los jóvenes contestaban en la prensa local con un “lo volveríamos a hacer”.
Por otro lado sería indeseable, de cara a la seguridad, que el hecho del cobro pueda disuadir a alguien de llamar de forma inmediata a los servicios de rescate, intentando resolver el problema con sus propios medios retrasando la imprescindible ayuda.
Con los que opinan que “depende del caso” estoy en principio de acuerdo. Otra cosa es cómo se haga la valoración de la situación y las circunstancias que se puedan generar.
El problema es determinar ese “depende” y darle la forma jurídica adecuada. Hablaremos de ello en otro artículo.
¿Qué hay que tener en cuenta?
A mi entender quien se aventura a una situación susceptible de tener consecuencias graves debe asumir cierta responsabilidad si no tiene en cuenta cuatro cosas:
- Conocimiento de sus límites físicos: Si tienes problemas de salud o tu estado de forma no es el adecuado, no debes hacer ciertas actividades.
- Información: Se debe estar informado de dónde se va, qué problemas presenta la actividad, cuál es el pronóstico meteorológico, etc.
- Formación: Si la actividad es de riesgo debe tener la formación adecuada para manejarse adecuadamente con el equipo y con el medio. El ir acompañado por una persona experta es un elemento clave de seguridad.
- Equipamiento: Debe ser el necesario para realizar con seguridad la actividad, y por supuesto dicho equipamiento debe estar en buen estado.
Pero a pesar de todo siempre pueden surgir problemas no esperados, como los puede haber en cualquier actividad humana, ya que no siempre tenemos control sobre todas las circunstancias que puedan ocurrir. En esos casos el rescate es inevitable y las administraciones deben garantizar la adecuada y rápida respuesta.
Por cierto, no debemos olvidar ni un solo instante a quienes, poniendo en riesgo su vida, realizan los precitados rescates. Son la parte fundamental de la cuestión y se merecen que las personas rescatadas hayan hecho previamente el correspondiente esfuerzo de preparación, y ellas sean sólo el último recurso para la solución del problema.
Afán recaudatorio o criterio preventivo
Pero volviendo al objeto final del debate. ¿El cobro a la persona accidentada mejora la prevención? Dicho de otra manera ¿el posible pago induce a algunas personas a realizar de forma más prudente y consciente algunas actividades? ¿el posible pago induce a algunas personas a utilizar de forma más racional los servicios públicos? Creo que estas deben ser las claves de la cuestión ya que de otra forma no se entiende el objeto del cobro.
¿Y el “afán recaudatorio” del cobro por los rescates?
Es un mito. Recurrente, pero mito, no puede decirse otra cosa. Los datos de las fuentes oficiales lo avalan sin margen para el debate.
Por ejemplo, de los 620 servicios realizados en Euskadi en 2021, se facturaron 4. ¿Cuatro?, sí cuatro, por un importe total de 1.331,86 €.
No, no es afán recaudatorio. Borra ese debate. Acertado o no, el criterio es preventivo.
(1) Rescate en el Angliru: https://www.youtube.com/watch?v=CMG2yxGKznM
Como siempre, D. Pedro, dando en el clavo !!!
Totalmente de acuerdo con sus afirmaciones.
Yo opino que quien acarrea el gasto para la administración, y también el peligro para lxs rescatadorxs, si es por negligencia, debe abonar, al menos, una parte del rescate.
Para ello, y como muy bien indica Pedro, nos basaremos en esas cuatro premisas que serán que las que deberemos tener en cuenta para considerar cobrar o no por el rescate.
Y el conductor que sobrepasa la velocidad limite, choca contra un ‘arbol y es evacuado en helicoptero? y el pescador que sale a la mar y se le para el motor en mal tiempo ( no ha revisado el motor en medio siglo ni ha mirado la meteorologia?
Que conste que no estoy a favor ni en contra de cobrar aunque me inclino en toodos estos casos por .una multa que se pueda pagar seg’un los ingresos del infractor. Por ejemplo medio salario mensual. o una multa de un 10% sobre sus ingresos anuales. y siempre que se demuestre agun tipo de negligencia
Buen artículo
Un placer tenerte de nuevo en la salsa
Muchas gracias
interesante artículo y al igual que con otras muchas situaciones de la prestación de servicios públicos, tan complejo de solucionar, como de encontrar el equilibrio. Debe el fumador, la persona que consume alcohol, el que tiene malos hábitos alimenticios… cargar a la sanidad pública sus excesos que pagamos todos ( o casi todos) con los impuestos, directos e indirectos? en mi más que humilde opinión, más que el pago de la prestación de servicio, vería más apropiado, sancionar la temeridad, leyendo el artículo, recordaba la conversación entre el operador de sala del 112 y los jóvenes, que dicho sea de paso, hubiese sido mejorable tanto por un lado, como por el otro, pero en todo caso, el hacer ostentación de la temeridad, de la falta de planificación en aquella salida de los jóvenes y en sus posteriores comentarios a los medios, deja claro que algo no se está haciendo bien, no sé si cobrar el rescate o sancionar la temeridad.
Estoy totalmente de acuerdo con el planteamiento, y con las condiciones basicas que debemos observar los aficionados al monte.
Es fundamental practicar la actividad en buenas condiciones climatológicas, con una óptima preparación física, con el equipamiento adecuado, conocimiento del lugar y, por supuesto, con el seguro de la Federación de Montaña correspondiente.
Se pueden producir cambios en las condiciones climatológicas en pocas horas, durante la actividad y complicar la misma.
En esos casos, parece evidente que no procede cobrar el rescate.
A esa gente, que sin preparación, sin equipamiento, sin conocer el entorno y mostrando negligencia … por supuesto que sí.
No como efecto recaudatorio, sino como elemento disuasorio.
Me alegro Pedro, tus reflexiones siempre son sabias. Un abrazo.
Creo que si el ciudadano tiene acceso a la información y la administración local posee un esfuerzo asignado para esa tarea con los senderos bien señalizados, sus mapas, las dificultades y requerimientos, que en el caso de Madrid está muy avanzado, además de formar podemos consiencienciar en la protección e la naturaleza, tener un balance entre profesionales de este sector y el voluntariado, ambos absolutamente necesarios.
Saludos a todos
Cierto Pedro, son preguntas que no podemos evitar hacernos en los servicios que implican un alto riesgo a los operativos de rescate. Sin embargo pasan desapercibidos todos aquellos servicios que diríamos ‘ordinarios’ por ejemplo en carreteras y que suponen la movilización de un sinfín continuado de operativos pero con menor riesgo personal. No puedo aportar datos sobre la magnitud del gasto público en este sinfín de operaciones ‘ordinarias’ que incluyen la movilización en carretera, atención hospitalaria, rehabilitación … pero creo intuir de gran magnitud y, salvo situaciones declaradas delictivas en las que se ha seguido un procedimiento regulado de investigación judicial que puede suponer un retorno económico, en todos esos ‘accidentes’ se usa todo el sistema público del que nos sentimos muy orgullosos de tener, mantener i actualizar constantemente.
No soy partidario de volver a revisar matices; con firmeza NO!
Otra cosa será cuando alguien encuentre la fórmula de que para salir al monte se deba adquirir un boleto al que se le añada un seguro obligatorio y el correspondiente tributo añadido.
Un fuerte abrazo
Miquel
…. decir también que en el caso del ‘boleto’ implantado también rescataríamos a quien se accidentase sin el boleto o teniendolo falsificado. Claro que en estos casos podremos abrir el procedimiento judicial de reclamación que se hubiese establecido.
En verdad que espero leer el artículo que anuncias sobre la forma jurídica adecuada del ‘depende’.
Gracias
Miquel
Gracias por tu participación Miquel. El debate sobre el “copago” de los rescates en determinadas situaciones enlaza, como bien sabes, con otros ámbitos de la gestión de emergencias y la sostenibilidad de los servicios públicos. Espero poder tocar este tema en algún momento en este blog pero por ahora sólo hago un pequeño apunte.
Como aparece en el cartel de la FEDME que pongo en el artículo ¡en junio de 2020 el triple de accidentes que en el mismo período de 2019!. Y yo añadiría, ” y subiendo”. Ante esto tres líneas de trabajo: aumentar plantillas, intentar disminuir los accidentes o una mezcla de ambos. En este artículo estoy tratando de ver si el pago en algunas situaciones puede hacer disminuir algunos tipos de accidentes o no. En la parte dos trataré de explicarlo.
Pedro J. Anitua Aldekoa
Buenos días. Pienso que debatir es positivo y yo me adhiero directamente al “depende”. El cobro, además de lo dicho, puede disuadir a alguna persona para solicitar ayuda y acabar en un desenlace trágico. Con todo, comprendo la frustración de quienes hemos (yo lo he vivido también) experimentado la cara dura de algún inconsciente que pide que le vayan a buscar porque está cansado, o a quien se ha metido con tacones para recorrer un torrente complicado. Incluso viví la desgracia de una joven turista que, en pleno verano y completamente deshidratada, acabó muriendo. Pienso que hay que hay que ayudar a las personas en peligro (no a los caraduras que piden un transporte gratuito por cansancio) y si los rescatadores perciben un evidente negligencia, deben cursar la denuncia, pero anunciar que los rescates se cobrarán siempre, puede ser peligroso y trágico.
Un saludo
Creo que en el tema del cobro de rescates en medio natural habría que incidir en “quien pone el cascabel al gato”, es decir, quien determina si es negligencia o no, y creo que este tema, en algunos casos llegaría a los tribunales, y con la justicia hemos topado.
De otro lado seguro que se daría el caso de que unas Administraciones estarían por el cobro, y otras no, se trata de marcar diferencias entre unas y otras, y nuevamente volvemos a caer en cuestiones de “concepto”.
El caso es que el tema está sin solucionar y no se atisba una respuesta clara. En otros países el criterio es único y generalizado para todo el país, cosa que aquí veo complicada.
Hay quien por estar federado, o por tener un seguro que cubre este tipo de intervenciones, está pagando por ello, se le cobra por ello, pero luego ¿se repercute el gasto a quienes lo cobran, o va incluido en la mochila de los acuerdos con UNESPA?.
Que bueno Pedro leerte, lo que esta claro que los profesionales del rescate siempre pagan los platos rotos, el mal tiempo de la montaña y el en los temporales del mar , yo creo que todos los rescates son una imprudencia y siempre hay causas que se pueden investigar ejemplo en los incendios no solo se apagan a la vez se busca la causa, si es provocado o es natural , lo mismo debería de ser en los rescates de los terrenos hostiles ya que el 90% de las activaciones son equipos de rescate con autoridad y capacidad de investigar y sancionar ya q son policías ante todo.
Un abrazo Pedro
Estimado Pedro.
Me ha parecido interesante tu comentario sobre un aspecto que parece nadie quiere tomárselo en serio…
¿Se debe exigir algo a la persona que realiza alguna actividad de riesgo en el medio natural? En mi opinión la clave es “EL RIESGO”. Considero que SI….debería disponer por el desempeño de esa actividad de un seguro que lo cubra. En la practica de la nieve se hace por la gran mayoría…el que no tiene seguro se lo tiene que pagar él y la administración no se hace cargo. Repito que hablamos de actividades de riesgo no de otras actividades. Por cierto, no es tanto el número de intervenciones …”Por ejemplo, de los 620 servicios realizados en Euskadi en 2021, se facturaron 4. ¿Cuatro?, sí cuatro, por un importe total de 1.331,86 €.” …supongo que en esas intervenciones no habrá intervenido el helicóptero…..desde luego con lo que cuesta hacerlo volar sería irrisorio.
Un fuerte abrazo.
Hay un argumento negativo que no veo reflejado: hay gente que por miedo a la multa demora mucho la llamada y eso acaba generando no sólo más víctimas sino que más gasto para la misma intervención Ésta se acaba realizando con más riesgo y más riesgo más adelante.
Estimado Pedro,
Perdiendo el tiempo con el chocolate del loro.
Las consejerías de turismo de todas las comunidades autónomas contando las excelencias naturales de sus respectivas comunidades, las diputaciones haciendo lo mismo, los ayuntamientos y hasta el último concejo de tres casas publicitando su turismo rural, sus geoparques, fauna, flora y así hasta el infinito. Luego nos asustamos cuando ocurre un accidente porque hemos recomendado a todo el mundo disfrutar de la naturaleza, hasta los médicos, psicólogos y nutricionistas lo aconsejan. Luego lo aderezamos con la información de rutas accesibles a través del teléfono que nadie supervisa y cualquier descerebrado sube a no sé donde y liada segura.
Pérdidas, torceduras, caídas multiplicado por el creciente número de participantes y el infinito listado de deportes al aire libre con bicis, kayaks, parapentes, barrancos, carreras de montaña, cuevas, kilómetros verticales, setas y tenemos el resultado actual. Ni bueno ni malo, sólo diferente al de hace 20 años.
Ahora tu parte:
El personal de rescate para un caso o para muchos ya lo tienes y cobra haga rescates o no.
Los vehículos y helicópteros están comprados y perfectamente operativos.
Si no realizasen rescates deberían de realizar simulacrosy maniobras para mantenerse entrenados.
Así que la diferencia serán cuatro euros en horas extras si la intervención se alarga fuera del turno.
Beneficios para la comunidad: todos los que en este país tienen sus negocios enfocados al turismo de aventura, bares, casas rurales, tiendas de deporte y de reparaciones, acondicinamiento de furgonetas, gasolineras, hasta el panadero y la tienda de ultramarinos del último pueblo de la España Vaciada y sus ancianos residentes que comentan la cantidad de urbanitas que pasan por su pueblo últimamente.
Pon todo esto en un lado de la balanza y en el otro los costes de un servicio que ya pagamos a escote entre todos.
No me imagino que un centro sanitario te cobrase tras preguntarte si has cometido una imprudencia en la naturaleza o has sido negligente al volante o te has caído en la calle por ir bebido.
Ya puestos se podría incluir en el precio de una entrada de fútbol el reparto alícuota del dispositivo policial a desplegar en la ciudad de destino para que las aficiones no tengan contacto físico o como mucho a una distancia mayor que el vuelo de una botella.
Un saludo